La foto, firmada por Paul Sakuma (de la agencia AP) pero difundida por Apple, muestra a Tim Cook y Virginia Rometty caminando por el complejo de Cupertino. Me trae a la memoria aquella otra foto en la que un joven y desafiante Steve Jobs mostraba su dedo índice enhiesto ante el logo de IBM. Han pasado treinta años, y muchas cosas entretanto; como ha dicho Cook, «en 1984 éramos competidores, pero en 2014 me costaría nombrar dos compañías que sean más complementarias». Es cierto que hoy Apple e IBM no compiten en ningún segmento del mercado, ¿por qué no cooperar en beneficio mutuo? Este es el significado más inmediato del acuerdo firmado por Cook y Rometty por el cual IBM desarrollará una nueva línea de aplicaciones específicas para el entorno iOS, orientadas a empresas de diversos sectores, y creará servicios cloud de seguridad, analytics y gestión de dispositivos, además de comercializar iPhones e iPads entre sus clientes corporativos.
El comunicado conjunto emplea cuatro veces la palabra «exclusivo» para definir el acuerdo, de lo que se deduce que Apple no va a firmar un trato equivalente con HP, por decir algo, y que IBM no tiene planes en relación con Android. ¿Por qué esta exclusividad?, le preguntaron a una portavoz de IBM. «Porque los dispositivos móviles de Apple son los mejores del mundo, según nuestro punto de vista».
No es que IBM sea ajena al mercado de la movilidad en empresas. Tiene desde hace tiempo una solución de gestión de dispositivos, que llama MobileFirst, pero la alianza con Apple le aportará una oferta integrada, presuntamente más atractiva para sus clientes. Esta es, a todas luces, la ganancia que saca IBM del acuerdo. IBM ha tenido en el pasado acuerdos con BlackBerry, pero este es más profundo. Es sintomático que el cambio de socio se produzca en este momento: tras el escándalo del pinchazo del móvil de Angela Merkel, la canciller alemana ha dejado de usar su iPhone, reemplazándolo por un BlackBerry.
Aparte de ese caso, es todavía pronto para saber qué impacto podría tener el acuerdo sobre otros actores del mercado. Por ejemplo, ¿en qué medida afectarán los planes enunciados la semana pasada por el CEO de Microsoft? ¿Qué puede esperar Intel, mientras siga proscrita del mundo iOS? ¿Frustrará los esfuerzos de Samsung por ganar a Apple la carrera de la movilidad corporativa? Tiempo habrá de saberlo.
Para Apple, este acuerdo equivale a abandonar ese perfil de lobo solitario que a menudo se le reprocha, e IBM es el socio más grande con el que haya hecho negocios. Por otro lado, sus dispositivos son ampliamente utilizados por los profesionales y hombres de negocios, en plan consumidores, pero sólo entran de tapadillo y con cuentagotas en la base instalada de las empresas, cuyos responsables de sistemas se resisten a autorizar su conexión a las redes y los datos corporativos. Llegar de la mano de IBM podría ablandar muchas suspicacias. La acción de BlackBerry cayó en bolsa tras conocerse la noticia, y la analista Carolina Milanesi opina que la pareja Apple-IBM es una amenaza muy seria para la compañía canadiense, mucho más de lo que pudieran serlo alternativas como la plataforma Knox, que Samsung ha lanzado para promover su familia Galaxy en las empresas.
Según palabras de Rometty, Apple es «el patrón oro para los consumidores», y este acuerdo le abrirá muchas puertas en el mundo corporativo. La CEO de IBM tiene sus motivos para solemnizar el acuerdo precisamente esta semana, a punto de presentar la cuenta de resultados del trimestre cerrado en junio, que se prevén mediocres tirando a malos. La venta de sus servidores x86 a Lenovo , con la que confiaba borrar del balance una fuente de pérdidas, se retrasa por reticencias regulatorias. El anuncio – esperado para esta semana – de la venta de sus fábricas de semiconductores, iría en la misma línea, aunque no todos los inversores están convencidos del sacrificio. Tender la mano a Apple es, para Rometty, una manera de mostrar que sus planes no se reducen a recortes de plantilla y desguaces sucesivos. Ya es hora de dar alguna buena noticia a los accionistas.